viernes, 8 de febrero de 2008

Planeta azul (II) .. - .. Mª Carmen García Abeijón


El temblor del terremoto, la ola del gran maremoto, el volcán en erupción, la violencia del tifón, trombas, ciclones, crecidas e inundaciones: el enfado de la tierra más destruye que una guerra. La seguridad que sentimos de estar en tierra firme se nos derrumba, por suerte pocas veces, cuando la tierra se enfada.
Hace millones de años, todas las tierras que habían emergido formaban un único continente. Después, muy despacio, enormes trozos se han ido desplazando como balsas flotantes adquiriendo el aspecto actual de los continentes.
Estas balsas se entrechocan o se alejan o se superponen. Cuando las fuerzas internas de la Tierra se encolerizan, el magma sube y se forman los volcanes. Donde la corteza se levanta, aparecen montañas y colinas.
Dicen que no cae hoja que el cielo no quiera. ¿ Pero, por qué la hoja ha caído?. Porque ha sido atraída por la tierra como por un imán escondido en el centro del mundo.
La Tierra es muy pesada o, mejor dicho tiene una masa enorme. Debido a una ley física, que se llama fuerza de gravedad, atrae a todos los objetos más pequeños que ella y hace que todo el mundo esté con los pies sobre la tierra. Esa fuerza de gravedad se puede vencer utilizando un empuje contrario... como hacen los aviones o los pajaritos.
Pero, si esta fuerza falta y los motores se paran o las alas se cansan, he aquí que se vuelve bruscamente a Tierra.
Todo lo que está sobre la Tierra está sometido a la fuerza de la gravedad... incluida la misma Tierra. Por eso la corteza está pegada al manto y éste al núcleo central. Así pues, donde quiera que nos encontremos, la parte baja está siempre por debajo de nosotros, y los que están en otra parte del mundo no tienen la sensación de vivir boca abajo.
En la tierra, por lo tanto, somos todos iguales: tanto si tenemos la piel blanca como si la tenemos negra, roja o amarilla... tanto si vivimos en Europa, África, Asia... o Australia, o en las Américas, estamos sometidos a la fuerza de gravedad, dependemos de los mismos equilibrios entre naturaleza y civilización.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como veo que nadie se anima ha hacer comentarios yo sigo dando mi opinión sobre el trabajo realizado.
Pero no tiene gracia porque yo también he colaborado en este artículo y lo bueno es que el resto de gente que lo ve pueda dar su opinión, ¿qué os ha parecido? y todo eso... ánimo y a seguir.